abril 04, 2017

XVII


El corazón se nos ha reducido un poco mas, 
dejando mucho espacio en el pecho,
en la casa. 

Se nos ha empalidecido tanto que no hay tiempo para lagrimas 
sino para deshacernos de los recuerdos que nos hacen daño. 

Ahora caminamos solos pero con la frente en alto, 
sin miedo a lo que desconocemos 
esperando saber mas para sorprendernos menos.

Las tormentas han cesado y hemos recobrado el silencio que se nos había perdido hace ya mucho tiempo.

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