julio 05, 2017

Self Destructive Corp


Llevo una protesta interna desde hace tiempo a enemigos externos que han contaminado cada espacio de mi cuerpo, visto de negro rindiéndoles tributo a sus almas aunque estén en el poder y yo en el mismo lugar de siempre, me he convertido en un villano después de tanto esperar alguna señal de valentía ajena a la mía, pero los héroes solo están en la Tv, la misma que nos ha envenenado la mente durante siglos volviéndonos parte de un sistema social alejado a la realidad.

Estoy en terapia para calmar a mis demonios, los mismos que me hacían tomar lápiz y papel para escribir sobre mis tormentas, me he vuelto a pelear con el arte dejando a un lado mis dibujos porque la concentración me ha abandonado y la apatía se ha sentado a mi lado. Y es que la nostalgia se ha mudado conmigo desde hace tiempo y no se como sacarla de mi habitación ni de mi interior. Por eso fui a terapia, por eso he desaparecido de aquí y de muchos otros lugares, porque me he anochecido.

Por mucho tiempo pensé que podía resolver mis problemas yo solo, pero la realidad era otra, me estaba asfixiando con ellos cada día que pasaba, me puse una armadura, construí muros a mi alrededor para alejar las malas intenciones y lo toxico, pero tampoco estaba dejando entrar las cosas positivas. Quise demostrar que era lo suficientemente fuerte y capaz para enfrentar cualquier circunstancia solo, pero me estaba dañando por dentro poco a poco. Me olvide de mi quedando atrás con un gran bulto en mi espalda lleno de historias y desventuras pasadas e inconclusas, en las que me había perdido, volviéndome lento y melancólico. Pero ahora tengo una brújula que apunta en otra dirección y me he puesto en marcha, he descubierto sensaciones diferentes a las que no estaba acostumbrado y me han gustado, aprendí que los psicólogos no son para los locos, es solo un mito dentro del imaginario popular; que están donde están para orientar y ayudarte a combatir monstruos. Y ahora se que el camino que debo transitar es largo, y aunque no sepa que habrá al final de este recorrido espero que la tranquilidad me reciba con los brazos abiertos y el ruido en mi cabeza por fin cese.

Por eso me he aislado, para sanar y poner en orden mis pensamientos, los libros me han hecho compañía, algunas buenas historias de fantasía para no perder la costumbre y alimentar la imaginación y otros con los que no estaba muy familiarizado que forman parte de mi tratamiento para restaurar mi espíritu y cada parte dentro de mi, me he vuelto amigo del té después de haberle huido por un buen rato, y la lluvia a veces me visita para reconfortar mis días con su característico olor a preticor.

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