septiembre 01, 2018

Volver y encontrarse

Extraño los viajes inesperados. Cuando me perdía en la carretera de la Sierra Falconiana, aquel camino rodeado de árboles que cubría y oscurecía la vía durante el recorrido, pararnos cuando estuviésemos lo suficientemente arriba para observar el paisaje que había a nuestros pies, sentirme dueño de todo y la vez de nada; de este espíritu que solo quiere paz y dejarse llevar por las fuertes corrientes de aire de la sima. 

Ser parte de la naturaleza, de las grandes montañas y las aves que vuelan sobre ellas, de la neblina que a ratos nos abrazaba haciéndonos respirar nostalgia y el alcohol artesanal que nos consolaba, de esos sueños que tanto anhelaba que se cumplieran y en los que pensaba cuando miraba pasar los arboles a través de la ventana, sueños que aun llevo conmigo y que no tienen fecha de caducidad a pesar de que el olvido los quiera borrar.

2 comentarios:

  1. Tengo la toería de que en esos viajes inesperados, surgen las mejores vivencias y anécdotas.

    Me encantó el texto. Un beso grande!

    ResponderEliminar