junio 30, 2019

Incoherencias pasadas


Apuntes del año 2015.


Podría explicarte lo que llevo dentro del pecho, pero te perderías como me he perdido yo. La anestesia ha empezado hacer efecto después de tanto tiempo y los raspones en las rodillas duelen menos. Disculpa la tristeza, pero vengo de un océano que extraña los barcos que perdían su curso desorientados por las tormentas.


El café ahora es más fuerte para apagar los recuerdos, camino más para olvidar y ser olvidado. Disculpa por alejarme, pero no se estar, y si me quedo podría consumirme en el silencio. Por ser tan breve y no tan extenso como las carreteras que te gustarían recorrer. No he sido yo, sino el tiempo que me ha enseñado a ser diferente. Y aunque mi paciencia es grande la melancolía termina empujándome al abismo.


Me he dejado llevar por el viento y su errada dirección, por el olor a cigarrillo que recorre el pasillo volviéndome efímero ante la ausencia de caricias en mi cuerpo.

No extraño, no necesito, no siento curiosidad ni malos pensamientos ante la idea de romances futuros. Me he vuelto inestable y volátil ante sensaciones que someten mi voluntad y me hunden en silencio en el placer. El desapego me ha dado el derecho de ser absurdo, incoherente e inconcluso, me dio el derecho de ser solo un recuerdo. Y yo solo deseo que me recuerdes como el fantasma que se ha desvanecido en tu cama.

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