julio 23, 2017

Viaje para el olvido

La brisa dejaba un salado sabor en mis labios y el sol ardía tan fuerte demostrando su poder en aquel cielo azul despejado, pocas nubes estuvieron presentes, tan tímidas desaparecían en un abrir y cerrar de ojos. Durante el largo recorrido estuve acompañado de un gran paisaje desértico digno de la región de donde vivo, las enormes dunas de arena, unas mas grandes que otras se amontonaban al rededor para vernos pasar mientras la sombra del autobús se movía rápidamente sobre su costado, entre el ruido y las bebidas pude olvidarme de las tristezas, todos bailaban y celebraban al ritmo de la música de antaño, los observaba en primera fila con sus torpes movimientos guiados por los tropiezos con baches en la vía, queríamos volar y sentir la brisa en nuestro rostros, rejuvenecer el alma y burlarnos del tiempo en su cara.

Estábamos ahí para olvidarnos de los males que tanto nos aquejan, dejamos el corazón guardado en una gaveta en casa, solo eramos nosotros y nuestro deseo de desaparecer un rato de la realidad. 

Estaba dispuesto a olvidar y drenar mis tormentas, dejar espacio para otras historias con nuevos sabores, romper mis cadenas y declarar mi libertad interna, estaba dispuesto a respirar aunque doliera.

Quería olvidar y ser olvidado, guardar nuevos recuerdos en mi memoria y premiar las emociones por las batallas perdidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario